La arquitectura del Ørestad College de Copenhague rompe con los esquemas tradicionales de un colegio: se libera completamente de las aulas convencionales. En cambio establece cuatro zonas de estudio que ocupan todo un piso cada una, con la posibilidad hacer pequeños ajustes para crear distintas áreas según la cantidad de alumnos por grupo o el tipo de actividad.
Cada planta con forma de boomerang esta girada respecto de la otra como el diafragma de una cámara de fotos. Los pisos quedan abiertos al atrio central que es el lugar de encuentro de las distintas disciplinas y donde los alumnos pueden socializar.
El edificio fue proyectado por el estudio 3XN apoyándose en las tendencias que promueven un tipo de estudio más dinámico y en un ambiente más distendido. Además la intención es que los estudiantes desarrollen gradualmente su autonomía en el estudio como también que puedan ser capaces de trabajar en equipo.
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